14 de abril de 2012

Un viejo amor

I

Uno está en ocasiones
atroz como una puerta
y es —si acaso es algo—
mano, bisagra y llanto

Y ya nunca llorar

Cuando uno está entrenado
—dar vuelta de campana, ladrar
fingirse muerto—
las cosas no caminan como deben
El tiempo pasa lento
los taxis huyen lentos
el sueño se desvela y uno se cree santo
y triste
y en realidad sólo piensa en otra cosa

Cuando se acaba el día
si es que se acaba
duelen los pies en serio
la pomada no ayuda, los suspiros
no ayudan ni para estar insomne
Cuando acaba la noche
si es que se acaba
se recuerdan los sueños de tres noches atrás
saludan de lejos con manecitas tristes
y eso, amor, es irse al diablo

(Es oscuro el cementerio de los sueños)

En fin, que arden los ojos
al despertar y cuando el dormir falta
y cuando se está lejos de uno mismo
cerca de nadie en especial
rozando el limbo.
Arden los ojos de agua
arden de tanto ver y de estar ciego
Todo color es vano y no existe memoria
más que de este ardor que ya desangra

Uno camina de nuevo
y duelen más los pies de tantos pasos
de estarse quieto y rayos:
mañana es domingo
nada más que domingo

Quizá sea otro día si lo suplico a rastras
Quizá si fuera lunes sólo tendría la náusea
que da cuando se pierden los calendarios patrios
y las fechas profanas

En fin, amor, que está la casa en calma
y que no tengo casa

Nadie tiene una casa

Fotografía de Mélanie Morand

13 comentarios:

Ricardo Hernández Pereira dijo...

Se te extraña mucho, buen amigo, y todavía se te siente en el aire, en tus hijos y en tus libros.

Carlos Abrego dijo...

Vaya, Rafa, ¿has visto el montonazo de cosas que están pasando? Vaya de temas que ya nunca hablaremos.

Bueno, un abrazo, muy fuerte y apretado, vos sabés, que anduvimos muy cerca y distantes a la vez.

Carlos Abrego dijo...
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Thierry dijo...

Gracias, hermano, por volver a saludarnos. Gracias por tranquilizarnos diciéndonos "No digo que no he muerto, sino que estoy ausente" (Paisajes de agua). Gracias hermano.

Santiago Vásquez dijo...

RMO gracias, se te recuerda a cada paso.

Anónimo dijo...

Señorón, me encanta su blog y lo que ahí se encuentra, deseo seguirlo por correo electrónico pero no encuentro esa opción en su blog (¿o seré yo la que no la veo?) un fuerte abrazo, desde Chicago.
Ilka.

Hernán dijo...

Excelente “Un viejo amor”, lo voy a imprimir, saludos.

Leticia R. dijo...

Rafa...a veces todavía te busco y curiosa y afortunadamente, todavía te encuentro.

Héctor Ugalde dijo...

"fingirse muerto"...
¡Eso quisiera que estuvieras haciendo mi muy buen amigo!
¡Se te extraña RMenjivar!
¡mUCHos salUCHos donde quiera que estés! :]

Anónimo dijo...

Le conocí en el ISSS. Como su blog perdura, entonces no debe costarme comunicarme con ud. ya muerto. Fuí de Ud. el más médico de sus médicos. Lo digo porque entendí que la mano ante sus ojos, ocultando la visión macabra de la muerte que venía, era el equivalente voluntario al último deseo. En su mas alla, de ateo confeso, seguramente se sigue negando que esta muerto. Por ese entendimiento secreto siguió viniendo a mis consultas aunque la verdad, no era necesario. Al final, me negó la mirada, porque no sabía si allí encontraría justificación y complicidad, o desaprobación por su evasiva. Cuando lo alcance en su viaje, nos comunicamos y vemos, algo de seguro habrá que hablar.

richardsite.com.mx dijo...

Chido
--
www.richardsite.com.mx

Anónimo dijo...

Señor Rafael: Tal vez no sean las palabras más correctas, ni el lugar más apropiado, pero agradezco a usted el hecho de dejarme uno de sus más preciados tesoros.
P.D. Siéntase orgulloso, sus palabras perduran aunque usted nos observe desde las estrellas.

Macedonio dijo...

Es cierto.